Campaña 2016/17 de trigo – Bolsa de Comercio de Santa Fe

BOLSA DE COMERCIO DE SANTA FE – Informes

Agosto 2016

Inversión en el centro-norte de la provincia de Santa Fe

Introducción

La siembra de trigo está por finalizar en el centro-norte de la provincia de Santa Fe, con un incremento en
las hectáreas sembradas respecto a la campaña previa, si bien en gran parte del área no se alcanzó a cubrir la
superficie que se preveía inicialmente. Un hecho saliente para el presente ciclo del cereal es el retorno de esquemas
con mayor tecnología luego de años de siembra con escasa fertilización, lo que debería repercutir en los
rendimientos y la calidad del grano. En este contexto, el presente informe busca describir la coyuntura actual del
mercado del trigo en la región y cuantificar la inversión en el cultivo de trigo para la presente campaña en los
departamentos del centro-norte provincial.
Superficie sembrada

A nivel nacional, se estima que la siembra de trigo alcanzará las 4,4 millones de hectáreas, lo que significaría
un incremento del 22% en relación a la campaña previa, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Estos
valores, sin embargo, resultan menores a las estimaciones que se hacían en los primeros meses del año, pero a raíz
de los excesos hídricos, la falta de piso para siembra y la dificultad de acceso en lotes por el estado de los caminos
se fueron demorando las tareas y generando recortes de superficie a implantar.
En el centro-norte de nuestra provincia estos hechos se manifestaron aún en mayor medida, debido a las
condiciones en que quedó gran parte del área cultivable luego de las continuas precipitaciones del mes de abril y las
condiciones climáticas inestables en semanas claves para la siembra. Con esto, las buenas expectativas para el
presente ciclo de trigo hasta el mes de mayo no pudieron corresponderse con la realidad, siendo el factor más
determinante la napa freática muy alta o a nivel superficial en gran parte de los departamentos del centro y sur del
área, que fue haciendo replantear ciertas definiciones a la hora de concretar la siembra de trigo o esperar y realizar
otros cultivos, más aun considerando que los niveles de humedad actuales vienen bien para el girasol y maíz.
Llegando al final de siembra, la superficie destinada a trigo alcanzaría las 268.500 hectáreas, según los datos
del Sistema de Estimaciones Agrícolas de la provincia de Santa Fe, cifra que representa un incremento del 34,4%
respecto a la campaña anterior, cuando se implantaron 199.850 hectáreas. Sin embargo, teniendo en cuenta que
aquella fue una de las peores campañas en años, la recuperación no ha sido tal como se esperaba y se encuentra por
debajo de la superficie destinada a trigo en el centro-norte en la campaña 2014/2015, de 310.000 hectáreas.

 

Los precios del trigo en Argentina

Actualmente, el precio del trigo en nuestro país se ha recuperado respecto a los muy bajos valores que se
registraron en la campaña previa, con un incremento de más del 50% en relación a los precios de julio de 2015.

En la campaña anterior, a estas alturas del año los precios se encontraban entre los U$S 100 y U$S 120 por
tonelada, y así continuaron hasta fines de octubre. Luego, el mercado comenzó a descontar la quita de retenciones
del 23% y la cotización osciló en una franja de entre U$S 120 y U$S140 durante toda la época de cosecha de la pasada campaña. A partir de abril comenzó a observarse cierto repunte en la cotización local del cereal, que superó siempre los U$S 140 por tonelada, y actualmente se encuentra entre los U$S 160 y U$S 170.

Un hecho a resaltar del mercado local del trigo es que a pesar de que se eliminaron los derechos de
exportación y los registros de operaciones en el exterior (ROEs), en el mercado actual continúan existiendo
restricciones que se ven reflejadas en la existencia de un diferencial de precios entre la capacidad de pago de la
demanda y el precio recibido por los productores. Desde comienzos de mayo la brecha entre el precio FAS teórico1
y el FAS de mercado (precio efectivamente recibido por los productores) se ubicó entre los U$S 10 y U$S 30.

En cuanto a los valores que podrían esperar los productores por el trigo de la campaña que comienza, la
posición Enero 2017 supera los magros valores del año pasado, ubicándose en torno a los U$S 20 por encima en las
últimas dos semanas en relación a igual fecha en 2015, aunque se encuentran por debajo de los precios que se
negociaban en los tres años previos.
Con estos valores esperados a cosecha, en torno a los U$S 160 por tonelada, se verá dificultada la obtención
de márgenes positivos en nuestra región. Ante esto, algunas alternativas para los productores pasan por realizar una
buena fertilización del cultivo para buscar buenos rendimientos y calidad del grano y retrasar en lo posible la venta
del grano, habida cuenta de que para las posiciones Marzo 2017 y Julio 2017 los precios se incrementan unos
U$S 10 y U$S 20 respecto al primer mes del año, respectivamente, lo que llevaría a una mejoría importante en los
resultados finales.

A la hora de analizar las tendencias que se esperan, si bien hay incertidumbre acerca del rumbo que tomarán
los precios en el futuro dada la volatilidad que están teniendo los precios internacionales, los fundamentos en el
mercado del trigo a nivel global no son muy favorables para una escalada en los precios. Si bien se espera un leve
incremento en el consumo mundial, también lo haría la producción y continuaría elevado el ratio de stocks/consumo, en el orden del 35%. De todas maneras, la brecha actual en nuestro país entre los precios recibidos por los productores y la capacidad de pago de la industria-molinería abren la posibilidad de subas en el mercado local ante una posible mayor demanda del trigo argentino por parte de nuestros socios comerciales.

Costo de producción

En el centro-norte provincial venimos de varias campañas en que se fertilizó muy poco o directamente no se
fertilizó, y no se realizaron las aplicaciones necesarias de fungicidas, dando como resultado mermas en los
rendimientos y un trigo con bajos niveles de proteína y gluten. La incertidumbre que generaban las políticas para el
sector, combinando retenciones a las exportaciones, ROEs y un tipo de cambio bajo, fue un hecho que llevó a que
no sólo disminuya la superficie sembrada sino que también aquellos que apostaban por el cereal lo hagan en general
con una escasa inversión en tecnología, principalmente en zonas menos aptas para la producción triguera.

En ese contexto, comenzaron a evidenciarse problemas para la comercialización de los trigos de menor
calidad, al no ser aptos para la molinería y verse también dificultada su exportación. Como una porción importante
de la producción tuvo estas características, aquellos que lograron trigos con buenos niveles de proteína y gluten
obtuvieron diferenciales de precios que en algunos casos llegaron a ser muy significativos ante la escasez de trigos
de calidad.

Actualmente, si bien persisten ciertas problemáticas en relación a los precios pagados por el cereal, las
condiciones del mercado son mejores y abrieron la puerta a volver a utilizar esquemas productivos con mejor
tecnología. Uno de los principales cambios viene dado por la relación insumo-producto, que mejoró de manera
significativa en la presente campaña en relación al año anterior, ubicándose en valores similares a los que se
registraban en julio de 2014.

Esto es un aliciente para realizar una siembra con un paquete tecnológico y buscar mejores rendimientos o
un trigo de buena calidad, aprovechando los menores costos relativos de los insumos. A modo de ejemplo, los
quintales de trigo necesarios para comprar 100 litros de gasoil o el herbicida 2,4-D se redujeron en un 45%, mientras que los quintales que se requieren para adquirir una tonelada de fertilizantes como el fosfato diamónico o la urea disminuyeron un 44% y 53%, respectivamente.

 

Inversión para la campaña en el centro-norte santafesino

Con esta coyuntura mencionada, aquellos que sembraron trigo en nuestra región lo hicieron en su mayoría
con una mayor inversión en tecnología, y se espera que a medida que continúe el proceso productivo del cultivo esto
siga de la misma manera. Si bien los desembolsos que realice cada productor serán variables, el esquema que se
presenta a continuación busca representar la realidad del mayor número de productores de los departamentos del
centro-norte provincial.

En este sentido, si bien en algunas zonas no se realizarán todas las tareas de la misma manera y destinando
los mismos costos, en cifras generales se destinarán aproximadamente algo más de U$S 218 por cada hectárea
sembrada de trigo, cifra que surge de considerar desembolsos de U$S 21,8 para la pre-siembra, U$S 35,0 para
siembra, U$S 37,3 en semilla, U$S 89,2 en fertilización y U$S 35,0 en fungicidas.

Además de los ítems expuestos, algunos productores también realizaron barbecho, con un costo cercano
a los U$S 20 por hectárea. Sin embargo esto no fue algo generalizado en la presente campaña, dado que los eventos
climáticos del mes de abril retrasaron la fecha de cosecha de soja liberando los campos más tarde de la fecha prevista, sumado a que en muchas áreas donde finalmente se pudo sembrar el estado de los lotes y caminos generó
dificultades para barbechar, ante lo cual en su mayoría las actividades comenzaron directamente con la presiembra.

Los insumos y labores de fertilización del cultivo son los que mayor participación relativa tienen dentro de
la inversión en la presente campaña, cercana al 41%, reflejando el porqué de la baja inversión que se realizó en este
concepto en la pasada campaña, cuando coexistían un esquema de menor precio del cereal y mayores costos en
dólares de los insumos.

Para las tareas de pre-siembra se destinó el 10% de la inversión, en tanto que el desembolso realizado para
la compra de las semillas y la siembra representan un 17% y 16% de las erogaciones, respectivamente. Por último,
se estima que la participación de los fungicidas representará aproximadamente un 16%, si bien aquí los valores
finales dependerán de las condiciones ambientales y del estado de los cultivos que determinarán la necesidad de
aplicaciones futuras.
Así, con los números mencionados y teniendo en cuenta que la superficie sembrada en el centro-norte
provincial finalizaría en torno a las 268.500 hectáreas, se obtiene que la inversión para la campaña de trigo sería de
U$S 58,6 millones. Cabe destacar que a estas cifras no se tienen en cuenta las tareas de cosecha y los gastos de
comercialización, que dependerán finalmente de la situación futura del cultivo y de los rendimientos obtenidos.

Si bien resultados que se puedan obtener se irán observando conforme vaya avanzando la campaña, la
inversión realizada en insumos y labores de siembra, fertilización y fungicidas ya se absorberá una porción
importante de los ingresos brutos esperados. Teniendo en cuenta el promedio de los rendimientos de las últimas
dos campañas (27,7 quintales por hectárea) valorizados a con los precios actuales a cosecha, el ingreso bruto
esperado se rondaría los U$S 449 por hectárea, con lo que la inversión realizada (U$S 218) ya cubriría casi la mitad
de esos ingresos brutos por hectárea. Luego deberían adicionarse los costos de cosecha, los gastos de
comercialización entre los cuales el flete tiene un peso significativo, el arrendamiento (para la mayoría de los
productores) y finalmente hacer frente a los tributos municipales, provinciales y nacionales.

Con lo expuesto, y ya realizada una parte sustancial de la inversión, se hará clave también que el clima
acompañe y se logren obtener buenos rendimientos que permitan lograr un resultado positivo en este cultivo, que
es muy necesario para la rotación de cultivos y la sustentabilidad de los suelos.

 

Síntesis

– La siembra de trigo en el centro-norte de la provincia de Santa Fe está a cercana a su fin, con una superficie
implantada que alcanzaría 268.500 hectáreas, lo que da cuenta de un incremento del 34,4% respecto a la
campaña anterior. A pesar de ello se ubica por debajo de las intenciones de siembra iniciales, por causa de
los elevados niveles de las napas en gran parte del área agrícola y las precipitaciones acontecidas en
semanas clave para la siembra.
– El mercado local de trigo se encuentra en un contexto favorable en relación al año anterior, fruto de la
eliminación de las retenciones a las exportaciones y los ROE’s, y con precios que se ubican actualmente más
de un 50% por encima de los registrados en julio de 2015.
– Por el lado de los costos de producción, la relación-insumo producto presentó una mejora significativa en
comparación a la campaña previa, lo que es un aliciente importante para retornar esquemas a productivos
con mayor tecnología, algo necesario teniendo en cuenta la pérdida en la calidad del grano que se iba
profundizando en las últimas campañas.
– Aprovechando este contexto, aquellos que sembraron trigo en nuestra región lo hicieron en su mayoría con
una mayor inversión en tecnología, y se espera que a medida que avance el ciclo del cultivo esto siga de la
misma manera.
– La costos directos de producción rondarían los U$S 218,3 por hectárea, de los cuales la mayor proporción
serían destinados a la fertilización, lo que debería reflejarse al final de la campaña en trigos de mejor calidad
y mayores rendimientos.
– En base a estos números, y teniendo en cuenta un área sembrada de 268.500 hectáreas, se estima que la
inversión para la campaña de trigo en los departamentos del centro-norte provincial sería de
aproximadamente U$S 58,6 millones.

 

 

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